INICIO
A la Sagrada Majestad de la VERDAD

Thomas Taylor

martes, 1 de diciembre de 2009

Robert Ellwood: Teósofo de Corazón

Robert Ellwood es autor de más de 25 libros, que van desde libros de texto sobre el estudio de las religiones (incluido, "muchos pueblos, muchas religiones", un popular libro de texto sobre religiones del mundo) a los libros de historia de las religiones (The Fifties Spiritual Marketplace, The Sixties Spiritual Awakening, and Islands of the Dawn, entre otros) hasta libros inspiradores escritos desde una perspectiva teosófica (Finding the Quiet Mind, The Pilgrim Self, Theosophy, The Cross and the Grail, Finding Deep Joy, Frodo's Quest). Fue profesor de religiones del mundo en la Universidad del Sur de California durante 30 años, desde 1967 hasta su jubilación en 1997.

Robert Ellwood nació en Normal, Illinois, en 1933. Fue educado en la Universidad de Colorado, Berkeley, Divinity School de Yale en New Haven, Conneticticut, y La Universidad de Chicago, Divinity School. Recibió su doctorado en Historia de las Religiones en en Chicago en 1967. Ha sido sacerdote episcopal y capellán de la Marina de los EE. UU. Es miembro de La Sociedad Teosófica en EE. UU. y sacerdote de la Iglesia Católica Liberal, una pequeña denominación cristiana, que utiliza los estilos tradicionales del culto católico y que presenta una interpretación esotérica del Cristianismo. Ahora vive en Ojai, California. Tiene dos hijos, Richard, profesor en Besant Hill School en Ojai, y Fay Ellen estudiante graduada en la Claremont Graduate University, en California.

Nota: publicó junto con Gregory Alles la Encyclopedia of World Religiones.

Palabras de H. P. B

"Si, querido Señor y nuevo Hermano, la Teosofía es, ciertamente, la clave del alma y de los misterios de los antiguos templos; pero también es la puerta que conduce a muchos deberes para aquellos que se consagran a la humanidad y son rechazados por ella. La verdad desnuda no agrada al mundo, sino la mentira y la hipocresía disfrazadas con los oropeles de Maya, la Gran Ilusión”

¡Que la Paz sea con vos!

Palabras de H. P. B. al Sr. José Xifré, distinguido teósofo español. Escrita en 1889.

lunes, 2 de noviembre de 2009

CARTA DE LA CIUDADANÍA PLANETARIA

Carta de la Ciudadanía Planetaria

En todos los continentes, se expanden foros y redes de organizaciones sociales que buscan la Carta de la Ciudadanía PlanetariaPaz, la Justicia y mayor comunicación entre la humanidad y la naturaleza. Los Foros Económicos y Sociales Mundiales, grandes avances de la humanidad, representan visiones importantes, aunque parciales, de cómo debe ser el mundo. En comunión con todo ese proceso internacional, nosotros, participantes del 1º Forum Espiritual Mundial, en la búsqueda de "un nuevo mundo posible", reunidos en Brasilia, del 6 al 10 de diciembre de 2006, en un coro de muchas voces, afirmamos que las propuestas económicas y sociales no tienen, aisladamente, cómo solucionar satisfactoriamente los problemas de la humanidad. Urge una perspectiva espiritual, basada en el amor universal. La Espiritualidad constituye, en última instancia, el campo fértil de donde surge la sabiduría y la ética del amor, ampliando los significados de la existencia humana. Es la percepción de la unidad de todas las cosas y de la sacralidad que impregna la existencia.

Creemos que la vida está regida por leyes cósmicas. El agua moja, el fuego quema, la lluvia cae, la semilla germina, el pimpollo se transforma en flor, al invierno sigue la primavera, al verano sigue el otoño, el amor construye, trae felicidad y alegría. Cosmos, galaxias, soles, planetas, minerales, cielo, tierra, nacientes, ríos, océanos, vegetales, animales, seres humanos son interdependientes y complementarios. Del macrocosmos al microcosmos la tela de la vida es única. La vida es inteligente y amorosa, todo forma parte de un equilibrio perfecto y armonioso.

La evolución científica, tecnológica, política y económica constituye una bendición para la humanidad. Pero, ciertamente, precisa de un ingrediente, un complemento más significativo, efectivo, profundo, para que cada ser humano y la humanidad encuentren un estado de integridad y felicidad. La falta de percepción de la interdependencia y la complementariedad de toda la vida genera la visión individualista, materialista, la ilusión de la separatividad. Es necesaria la percepción de la hermandad de todos los seres vivientes, de todos los reinos, de todas las razas, etnias, credos, géneros y clases sociales. Todos pertenecemos a una misma fuente de vida, estamos todos hechos del mismo barro. Nuestra familia es la humanidad y todos los seres que componen la tela de la vida, hijas e hijos de la Tierra.

Así, la base fundamental para la construcción de una sociedad digna está en la percepción de la unidad de la vida, que debe revelarse a través de la solidaridad efectiva, real, con actos concretos de sensibilidad, fraternidad, ética, simpatía, gentileza y cuidado. Son actitudes que dependen de la transformación de cada uno de nosotros, de la expresión de nuestras potencialidades internas. Ningún régimen, sistema o forma de gobierno, institución política o económica puede, por sí sola, garantizar una sociedad digna. Solamente con la incorporación, en nuestras vidas, de la solidaridad, de la fraternidad, del afecto, del acto amoroso, de la espiritualidad y de la ternura podremos alcanzar un saludable relacionamiento humano y planetario. No hay ideología superior a la solidaridad.

Dentro de esta perspectiva, es esencial una nueva óptica, una nueva visión filosófica que comienza con el respeto y la valorización de la diversidad, se amplia en la percepción de la unidad de vida y se completa con una nueva actitud. Esta nueva mirada – con los ojos del corazón – debe cambiar nuestras motivaciones e intenciones para que sean altruistas, promoviendo una revisión de nuestros valores.

La revisión necesaria deberá alcanzar la dimensión económica, colocándola al servicio de la sustentabilidad y la justicia social. La revisión será necesaria en las instituciones políticas y educacionales, que necesitan repensar sus papeles en la formación de una civilización solidaria que exprese sus mayores inspiraciones: felicidad, paz, respeto, autenticidad, armonía y cooperación. Esa revisión debe llegar a las instituciones religiosas, para que se adapten a las necesidades de su tiempo, actualizando y profundizando sus enseñanzas y generando seres humanos maduros, más sabios y responsables, capaces de amar y de trabajar hombro con hombro con aquéllos que son diferentes. Nuestro futuro depende de alcanzar la genuina sabiduría espiritual, por la integración de las diferentes visiones, sean científicas, filosóficas, religiosas o por la disposición de entregarse al profundo encuentro con la energía de lo sagrado, sea cual fuere el nombre que a ella se le dé, ya que esa fuerza es la fuente de sabiduría profunda y del amor sin fronteras. No hay ética verdadera que no provenga de ella.

La educación debe privilegiar los valores éticos; las ciencias de la salud deben estar dirigidas a una percepción integral del ser humano; la economía y la tecnología deben estar dirigidas prioritariamente para las necesidades humanas y planetarias; la política debe tener como base primordial la ética, el servicio público, y el interés colectivo; las religiones deben estar orientadas hacia la espiritualidad, religiosidad, tolerancia, respeto mutuo, y esencialmente hacia la hermandad universal; la sociedad debe elaborar nuevos paradigmas basados en la solidaridad y en la protección de la vida. Todos los sectores de actividades deben estar impregnados de espiritualidad, de fe en la sacralidad de la vida, de actuación positiva, para el bien, para la plenitud del ser.

En nuestras efímeras y transitorias vidas, somos las ciudadanas y ciudadanos del Planeta. Las divisiones que creamos son artificiales, una ilusión, ya que el Planeta es uno solo. Somos los tripulantes de la Nave-Tierra, somos la propia Tierra, y es fundamental la unión amorosa de todos, para un viaje feliz, para la preservación de la humanidad y de la vida planetaria, en esta saga maravillosa de nuestra Madre-Tierra girando armoniosamente rumbo al infinito.

El mundo somos nosotros, seres cósmicos. Así, tenemos el poder de transformarlo en un mundo mejor. La vida está regida por leyes cósmicas confiables, lo que nos permite actuar con seguridad hacia el cambio de la vida planetaria. Hay una perfecta y dinámica correlación entre causa y efecto. Queramos o no, somos inexorablemente responsables por el mundo que tenemos, por acciones u omisiones. Como activistas de la paz, habremos de crear una masa crítica que permita establecer nuevos paradigmas. Cada uno de nosotros es un eslabón de la cadena que une a todos los seres. Es preciso crear la consciencia colectiva de la responsabilidad individual, actuando para sustituir el egoísmo por el altruismo, el individualismo por la solidaridad, el consumismo por la sencillez, el tener por el Ser, el materialismo por la espiritualidad.

Que cada uno de nosotros pueda asumir consigo mismo, con su Yo interior, con la consciencia, con la Humanidad y con el Planeta un compromiso que tenga el siguiente conte-nido:

"Consciente de que el establecimiento de una sociedad justa depende de la transformación individual de cada ser humano, me comprometo a actuar - con amor, inteligencia y solidaridad - empeñando lo mejor de mis capacidades y habilidades para la construcción de una sociedad libre, igualitaria, fraternal, buscando proteger la vida planetaria y construir una organización social justa y digna, reconociendo que mi familia es la humanidad y que estoy hermanado con todos los seres vivientes”.

RECOMENDACIONES

EL 1º FÓRUM ESPIRITUAL MUNDIAL aprueba las siguientes recomendaciones:

a) promover la fraternidad entre todos los seres - independientemente de reino, raza, etnia, género, credo, clase social- como fundamento básico para la organización de la sociedad y para la actuación política;

b) apoyar el trabajo de las Naciones Unidas y de otras organizaciones nacionales e internacionales en la construcción de la paz mundial y en la defensa de los derechos humanos;

c) fomentar la acción armónica y consensuada, orientada a la integración política y económica de los pueblos, respetando las culturas, religiones, tradiciones y lenguas locales;

d) fomentar la educación y el estudio comparativo de culturas, tradiciones religiosas, filosóficas, ciencias y artes apuntando hacia una mayor aproximación e integración entre los seres humanos y los pueblos;

e) concientizar a la sociedad para la protección de la vida y la conservación del ambiente natural, en defensa del mantenimiento de la biodiversidad, de la flora y de la fauna, de los ríos, de los lagos y de las nacientes; actuar para que aquéllos que causaron o vayan a causar daños a la naturaleza, especialmente a los manantiales hídricos, recompongan los ecosistemas;

f) empeñarse en pro del desarme mundial y de la eliminación de las minas terrestres;

g) proponer a las Fuerzas Armadas el direccionamiento de sus efectivos hacia la ejecución de tareas orientadas al establecimiento de la justicia social y de la defensa del equilibrio ecológico planetario;

h) instituir un documento de identidad personal reconocido en todo el Planeta;

i) incrementar la realización de plebiscitos como forma de valorar la ciudadanía y ampliar la democracia directa y participativa;

j) propugnar por la democratización de los medios de comunicación, con el objetivo de garantizar a todos la divulgación de sus ideas y pensamientos; trabajar para que los medios de comunicación asuman el compromiso ético de estar al servicio de los valores que construyen y fortalecen una cultura de paz entre todos los seres;

l) proponer la creación de una unidad monetaria, en el ámbito planetario, a partir del respeto y de la valorización de la economía solidaria y de la vida de las comunidades más carenciadas;

m) defender una legislación justa con la valorización del Estado de Derecho;

n) crear mecanismos y sistemas que posibiliten la efectiva participación de todos en la vida política, económica, cultural y social en el ámbito planetario;

o) desarrollar el respeto de los derechos individuales y colectivos y la pluralidad y diversidad de ideas y pensamientos;

p) garantizar igualdad de oportunidades para todos, sin ninguna discriminación, con la erradicación de la miseria;

q) promover el acceso de todos a la educación, en especial a la educación de valores;

r) promover el acceso a la salud, con adopción de vida saludable y alimentación natural;

s) instituir acciones que promuevan cambios en los hábitos de consumo, de modo de sustituir el consumo exacerbado por el consumo consciente, con el uso equilibrado de los recursos naturales;

t) incentivar, en el ámbito mundial, la adopción de una lengua neutra - como el esperanto - como lenguaje de comunicación y de intercambio cultural y comercial, con la conservación de las lenguas y dialectos locales, garantizando la democracia lingüística y el mantenimiento de los valores culturales de todos los pueblos;

u) recomendar la creación de empresas cuyos participantes sean, en un sistema cooperativo e igualitario, sus propietarios;

v) apoyar y desarrollar actividades agrícolas que, a partir de la percepción de la unidad de la vida, conserven el medio ambiente y la naturaleza, priorizando una producción agrícola que garantice una alimentación orgánica y ecológicamente correcta;

x) congregar a organizaciones sociales para potencializar sus fuerzas y divulgar sus trabajos;

z) apoyar y promover eventos culturales y espirituales o campañas que eleven los paradigmas de la sociedad.

¡La humanidad precisa de todos nosotros!

Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar el mundo.

¡Y juntos nuestro poder es mayor!

1º FORUM ESPIRITUAL MUNDIAL

Brasilia – Diciembre 2006

domingo, 13 de septiembre de 2009

A LA DIVINA PROPORCIÓN

A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.

A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el universo armónico origina.

A ti, mar de los sueños angulares
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.

Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera transparente.
A ti, divina proporción de oro.

RAFAEL ALBERTI

martes, 8 de septiembre de 2009

LAS SIETE REGLAS DE PARACELSO



1.- Lo primero es mejorar la salud.
Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un habito que debes a tu propia dignidad.

2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por mas motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza.

Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.

3.- Haz todo el bien posible.
Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.

4.- Hay que olvidar toda ofensa, mas aun: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo.
Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en si, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.

5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada.
Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de que habla Sócrates.

6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.
Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.


7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el DIA mañana.
Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres
funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es el egoísmo.

Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad. La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos: pecado mortal contra el Espíritu Santo.

Paracelso.

viernes, 28 de agosto de 2009

CARTA DE BRASILIA

Teósofos reunidos en el 1er. Seminario Luso Hispánico de Teosofía, del 15 al 19 de julio de 2009, en Brasilia – Brasil, contando con la presencia de miembros de la Sociedad Teosófica de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos de América, Grecia, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay, y con la presencia de 220 participantes, en una armoniosa convivencia, aprobaron por unanimidad la siguiente

DECLARACIÓN

La Sociedad Teosófica fue fundada en 1875, en una época en que aún había esclavitud en muchas partes del mundo; donde la invasión de un país por otro era considerada normal; además había un notable odio religioso y una lucha violenta del materialismo contra las religiones; mujeres, jóvenes y niños eran relegados a un segundo plano; había un tratamiento discriminatorio entre razas y etnias, dentro de otras barreras y preconceptos arraigados. En aquella época el mundo no tenía automóviles, aviones, teléfonos, energía eléctrica, informática, internet, radio, televisión, como tampoco no existía la Organización de las Naciones Unidas.

En aquel contexto histórico, la Sociedad Teosófica proclama que:
Para ser librepensador, no se precisa ser materialista; que la Sabiduría Divina – o Teosofía – no es propiedad de ninguna persona, religión o institución, y que hay una inteligencia que gobierna al Universo, a partir de sus leyes; que “no hay religión más elevada que a verdad”, la cual debe ser investigada por cada uno de nosotros; que la Fraternidad Humana es fundamental para la construcción de un mundo de paz, de solidaridad, y que al estar basada en el reconocimiento de la Unidad de la Vida, debe abarcar a todas las criaturas, de todos los reinos; que las religiones no deben luchar unas contra otras, y en la percepción de la profundidad de sus enseñanzas esenciales, reconocer que parten de un mismo núcleo común; que es necesario estudiar las leyes de la naturaleza y los poderes latentes en el hombre, a fin de vivir en armonía con ellas.

Examinando la Sociedad Humana actual, pasados 134 años, es visible que la Sociedad Teosófica fue una pionera en valorar la cultura oriental y acercar oriente a occidente, y que sus propuestas fundamentales, sustentadas desde su fundación, fueron acogidas total o parcialmente.

Hoy la Sociedad Humana reconoce que no debe haber guerras religiosas; que todas las religiones se deben respetar; que la fraternidad entre los seres humanos debe estar presente, hasta como una necesidad para la supervivencia de la especie humana; que hombres, mujeres y niños son igualmente importantes y que deben ser respetados; que la ciencia, filosofía y religión se pueden encontrar en el pensamiento de vanguardia; que es posible ser libre pensador sin ser necesariamente materialista; que existen grandes seres espirituales en las diferentes religiones; que las guerras son abominables y precisan ser barridas de la faz de la Tierra, así como también las fábricas de armas, principalmente las nucleares; que el planeta está siendo destruido por la falta de respeto hacia la naturaleza y que nuestra supervivencia depende de la conciencia ecológica de todos.

Es evidente que la existencia de la Sociedad Teosófica ha sido altamente victoriosa. Algunos principios básicos, que fueron proclamados por ella, hoy son ampliamente aceptados en la Sociedad Humana.

Cabe, entonces, ver cuál es el trabajo de la Sociedad Teosófica en el siglo XXI.

La Sociedad Humana del siglo XXI es, en su mayoría, esclava del consumismo, de las diversiones y de la propaganda; hay una brutal competitividad entre las personas, instituciones y empresas, con la explotación del hombre por el hombre; el fanatismo y el fundamentalismo todavía se encuentran presentes en muchos movimientos llamados religiosos; hay un profundo sufrimiento en la Humanidad, como consecuencia de la ignorancia de los hechos básicos de la propia vida; el egoísmo está aún profundamente arraigado en el hombre moderno, lo mismo que la violencia, que bajo diferentes formas, está presente en casi todas partes del mundo.

La Sociedad Teosófica todavía tiene un gran trabajo para hacer, en el sentido de mostrar al hombre moderno que el camino de la espiritualidad, no es teórico o intelectual, sino más vivencial, es el medio para mitigar el sufrimiento que proviene de la ignorancia humana, considerando aún lo siguiente:

- No se puede transformar al mundo, sin transformarnos a nosotros mismos.

- La Teosofía, como sabiduría, es inseparable del autoconocimiento. No podemos crear las condiciones para que la sabiduría se manifieste en nuestras vidas, sin conocernos a nosotros mismos. La Auto-observación es la herramienta básica del autoconocimiento para permitir que la Teosofía sea una realidad viva en nuestras vidas.

- El estudio de la literatura teosófica nos da explicaciones muy satisfactorias sobre la vida y el Universo, ampliando nuestros horizontes. Pero el mero estudio intelectual no tiene el poder de transformar al hombre, para que viva de una manera más elevada y noble, con relaciones sin conflictos, más armónicas y enriquecedoras. De ahí la necesidad de encontrar la sabiduría dentro de nosotros mismos, lo que solamente es posible con la auto percepción, para que la Teosofía sea una realidad transformadora.

- Precisamos hacer un trabajo público intenso, no con el objetivo de convertir a las personas a un patrón de pensamiento, pero si para impregnar la mente colectiva y para que las puertas de la Sociedad Teosófica estén abiertas para aquellos, que a través de ella, deseen trabajar por la humanidad. La difusión de la Teosofía se debe dar con respeto hacia el otro y adaptándola a sus condiciones.

- Debemos realizar reuniones específicas para miembros, con el objetivo de profundizar en los estudios, dando énfasis a la acción de oír, en la comunión que puede haber cuando los miembros están con la mente vacía de prejuicios, investigando juntos sobre la Verdad.

- Precisamos realizar no solamente conferencias, sino también fórums, seminarios, talleres, tertulias, cursos, vivencias y otras formas de reuniones que estimulen el intercambio de ideas y principalmente el cuestionamiento y la investigación.

- Es necesario que utilicemos los recursos tecnológicos disponibles, como la televisión, internet, reuniones en line vía Skype, prensa, publicaciones escritas en revistas, etc., tanto para el trabajo dirigido al público, como para estrechar el contacto directo y transparente entre los miembros de las diversas religiones y países.

- La Sociedad Teosófica no debe ser escenario de disputas políticas. El acceso a los cargos de dirección se debe dar de manera natural y espontánea, sin codicia, y su ejercicio debe desarrollarse de manera impersonal e integradora, sin prejuicios o muestras de autoridad espiritual.

- El principio de la fraternidad nos lleva a trabajar en la Sociedad Teosófica, con aquellos que estén dispuestos a actuar en favor de la Causa de la Humanidad, sin ningún tipo de distinción o prejuicio, inclusive y principalmente los de naturaleza personal.

- La utilización de la comunicación electrónica se debe hacer con cuidado y responsabilidad, para no propagar informaciones que creen vibraciones de desarmonía, incompatibles con la serenidad que debe existir en nuestra Sociedad.

- Precisamos estar atentos al estudio meramente teórico, al apego de las creencias, al emocionalismo y la vanidad intelectual, que son factores disgregantes, que deben ser percibidos por nosotros y cuidadosamente apartados.

- La Sociedad Teosófica en el siglo XXI es lo que nosotros somos. Su mayor o menor éxito depende del grado de sabiduría y de inegoísmo de sus miembros. La responsabilidad de legar a las futuras generaciones un cuerpo vivo, ágil e iluminador de la conciencia humana, depende de cada uno de nosotros.

- Necesitamos despertar en los jóvenes el interés por la causa, a partir de la belleza en las enseñanzas y de la felicidad que pueden ellas proporcionar. Estimularlos a que se reúnan, creando ambientes en los que se sientan bien, y que se desenvuelvan a través del trabajo para el prójimo.

- A través de la OTS se puede incrementar el trabajo en centros comunitarios, gremios, barrios, llevando las enseñanzas a aquellos que no pueden ir a la Sociedad Teosófica, como también trabajar directamente con temas como la ecología y las artes.

-La Sociedad Teosófica tuvo el privilegio de contar con líderes extraordinarios como Blavatsky, Olcott, Annie Besant, Leadbeater, Jinarajadasa, Sri Ram, John Coats, Taimni, Radha Burnier, entre otros. Destacamos que nuestra actual Presidente Internacional ha dirigido el trabajo teosófico durante las últimas décadas, preservando la unidad e impregnándola de una fuerte espiritualidad. En el momento actual reposa sobre cada uno de los miembros la calidad del trabajo y del despertar de la sabiduría, no permitiendo que ninguna creencia la aparte de la vitalidad, que solo la Verdad viva puede dar.

Nosotros, miembros de la Sociedad Teosófica debemos, humildemente, cumplir nuestra parte en esta tarea de trabajar por la elevación de la conciencia de la Humanidad, con una postura abarcante, sin sectarismos, de manera profundamente espiritual, amorosa y compasiva.

Este documento refleja la síntesis del contenido de los temas tratados en el 1er. Seminario Luso Hispánico de Teosofía, habiendo participado directamente en su redacción los siguientes hermanos

Lilly Pastore (Argentina)

María Luisa Cabrera Pardilla (Bolivia)

Marcos Luís Borges de Resende (Brasil)

Julia Ballesteros (Colombia)

Gaspar Torres (Cuba)

Fátima Campos Cárdenas (Ecuador)

Miguel Martínez de Paz (España)

Érica Geordiades (Grecia)

María Luisa Salazar (Guatemala)

Lissette Arroyo (México)

Mario Rizzo (Nicaragua)

Ana María Cáceres (Paraguay)

Julio Pomar (Perú)

Ema María de Souza Leal (Uruguay)

domingo, 19 de julio de 2009

HARRY POTTER Y LA SABIDURÍA ANTIGUA


(Extraído de la Revista Sophia nº 2 y publicado originalmente en la Revista The Quest, noviembre-diciembre 2002.)


Los libros de J.K. Rowling sobre Harry Potter son un fenómeno fantásticamente mágico. No tuvieron origen en ningún nicho del mundo editorial, sino que rápidamente se volvieron los libros más vendidos para jóvenes de esta época y los filmes basados en ellos también tienen gran éxito.

Los libros son típicos de tres géneros literarios. Uno es el bildungsroman o romance de educación moral y psicológica del protagonista. Harry Potter vive en un internado, pero también se educa en la gran escuela de la vida. Otro género es el de la búsqueda, en el cual el protagonista enfrenta una serie de desafíos y al pasar por ellos descubre un gran tesoro – en el caso de Harry, la revelación de su propio conocimiento. El tercero es el de un cuento de hadas, cuyo personaje central es muchas veces un huérfano. Harry es un huérfano y, por lo tanto un representante adecuado de cada ser humano, porque como dice uno de los grandes instructores teosóficos, todos nosotros somos miembros de esta “pobre y huérfana humanidad”.

La familia de Harry es de hechiceros, pero él fue criado por los Muggles, esto es, por no-hechiceros, y así ignora su origen y sus poderes latentes. No obstante eso, él es seleccionado para la Escuela de Magia y Brujería Hogwart donde permanecerá durante siete años para aprender magia y también adquirir madurez moral y psicológica. En Hogwart, Harry enfrenta una serie de indagaciones que son parte de una grandiosa y abarcadora búsqueda para descubrir quien es él.

La serie de cuatro libros publicados y además los tres en proyecto agradan a los jóvenes – de edad y de corazón. Ese interés se basa en la habilidad del autor en contar la historia, y también en la visión del mundo de las historias que – podemos decir –son compatibles con la de la Sabiduría Antigua.

La amplia familiaridad de Rowling con mitos, leyendas, magia y episodios bizarros de informaciones esotéricas misteriosas es la materia de la trama en la cual ella construyó su cuento mágico. Los libros crean su propio mundo, cuya integridad es indispensable para la buena fantasía. Con todo, ellos también son ínter penetrables entre sí o, para usar el término de J.R.R. Tolkien, “aplicables” a otros contextos, como la teosofía, con la cual Rowling tiene cierta familiaridad, como queda claro por su referencia en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, al autor ficticio de “Cassandra Balvatsky” y su también ficticio libro “Desvelando el futuro”. “Balvatsky” es una transposición de fonemas, de “Blavatsky”, y “Cassandra” es un substituto apropiado para “Helena”, porque Cassandra era hija de Príamo, el Rey de Troya, una profetisa que siempre hablaba la verdad y nunca era tomada en cuenta, y porque la historia de Cassandra es parte de la gran guerra de la Ilíada, trabada por Helena. Mas allá de eso, el título del libro ficticio Desvelando el Futuro sugiere Isis Sin Velo, el primer libro importante de Helena Blavatsky.

Aunque “Cassandra Balvatsky” muestre que Rowling tiene cierto conocimiento de la tradición teosófica y creemos que este conocimiento no es profundo ni extenso. Así mismo, de manera interesante, mucho en los libros de Harry Potter es semejante a las ideas teosóficas. Este paralelismo no indica un conocimiento detallado de estas ideas por la autora, pero revelan su familiaridad con mitos, leyendas y símbolos con los cuales la Sabiduría Antigua Teosófica se expresa en los profundos niveles inconscientes del alma, donde la Sabiduría esta atesorada en el corazón-mente de cada ser humano.

Polaridades

Uno de los temas teosóficos en Harry Potter es el de las polaridades: espíritu-materia, vida-forma, energía-masa, ying-yang, esotérico-exotérico, interno-externo y otras más. Varias de estas notables polaridades aparecen en los libros. Una es la de los Wizards y los Muggles, dos tipos de personas que pueblan el mundo de Harry Potter. Los Wizards son maestros de magia; los Muggles son desorganizados, limitados, aunque ingeniosos en la tecnología para compensar su falta de poderes mágicos, pero también frecuentemente vulgares y sin imaginación. Los Wizards y los Muggles en la práctica son castas diferentes, que pocas veces se mezclan y algunas veces se desentienden:

“¿Toda su familia es de hechiceros?, preguntó Harry...

“Ah – sí, entiendo que sí”, dice Ron. “Entiendo que la madre tuvo un primo segundo que es contador, pero nunca hablamos de él”. (Harry Potter y la Piedra Filosofal; todas las citas sin indicaciones son de este primer libro.)

Estas castas opuestas de los sabios y de los broncos son paralelas a los dos tipos de personas mencionadas en A Los Pies del Maestro (uno de los clásicos espirituales de la teosofía):

En todo el mundo hay solamente dos tipos de personas – los que saben y los que no saben; y este conocimiento es lo que importa”. (Editora Teosófica, 1999, p.15.)

El conocimiento del que se habla es el de la realidad de un plan ordenado del universo y el lugar de los seres humanos en este plano. El término Wizards, etimológicamente, se refiere a los wise, sabios, los que saben. Los Muggles son otro tipo de gente.

Otra polaridad es la del bien contra el mal. Esta polaridad es muy diferente de las de los Wizards y la de los Muggles. Hay buenos y malos Muggles, así como también buenos y malos Wizards. En verdad, las dos figuras arquetípicas del bien y del mal en las historias son los Wizards; Albus Dumbledore es el director de Hogwart y el mayor Wizard vivo. Su primer nombre, Albus, es la palabra latina para “blanco”, siendo él un mago “blanco” esto es, bueno. La primera parte de su sobrenombre, Dumb, es el vocablo inglés “silenciosa, muda”, nos recuerda que la verdadera sabiduría no puede ser explicada, apenas experimentada; el último significado de dumb “estúpido” es irónicamente adecuado, porque la sabiduría es muchas veces tomada erróneamente por estupidez por quien no sabe, como en la figura literaria del Sabio Tonto. Aparte de esto, Dumble rima con humble (humilde); y los verdaderos sabios son siempre personas humildes, porque saben cuanto todavía no saben. La última parte del nombre del director, dore, es homónima de door (puerta), y este sabio director es la puerta a través de la cual Harry entrará en el Camino del aprendizaje y del servicio.

Por otro lado, el arquetipo del mal es Voldemort, la sombra y castigo de Harry. De la misma forma que Harry es alumno de Hogwart, Voldemort también lo fue, adoptando este nombre del mal cuando se lanzó al camino maligno. Vol recuerda el verbo alemán wollen “querer, desear”, y mort es la raíz latina para “muerte”. Así, Voldemort es aquél que tiene un deseo (vol) (de) morte (mort), lo opuesto de la sabiduría.

En Hogwart, los dos mejores amigos de Harry, Ron Weasley y Hermione Granger, son otra polaridad. Ron viene de una antigua familia Wizard; y Hermione, de una familia Muggle. Ellos se equilibran entre sí en otras características. Ron es retraído e introvertido; Hermione es conversadora y desinhibida. Ron es tímido, con sentimiento de inferioridad porque es el más joven entre los seis inteligentes hermanos; Hermione es confiada y positiva, una notable vencedora. Ron asume riesgos, Hermione se restringe a la ley. Ron está lleno de energía masculina, Hermione de energía femenina. Con Harry ellos forman un triángulo de energías y de tipos de personalidad.

La Búsqueda

La búsqueda fundamental en los libros de Harry Potter es el auto descubrimiento. A este respecto, estos libros compartirán un tema común a los de los grandes libros guías de la humanidad. La iluminación y la habilidad de responder correctamente a la cuestión de “¿Quién soy yo?” Cierta vez, un estudiante de zen fue a un maestro zen y le preguntó lo que debería hacer para alcanzar la iluminación. El maestro zen replicó “¿Quién pregunta?” El estudiante que pudiese responder a esta pregunta está iluminado. La misma pregunta es el asunto principal de todos los Upanishads y, en verdad, de los tratados espirituales de todas las grandes tradiciones.

Harry esta en la gran búsqueda para descubrir quien es él – en el sentido más simple y más literal, de saber quienes son sus padres – pero también en el sentido más profundo de descubrir su propia naturaleza y su misión en la vida. Esta gran búsqueda es mostrada a través de un asunto diferente en cada libro de la serie. En el primer libro, es encontrar la Piedra Filosofal. “Filósofo” es un término tradicional que define a un alquimista y la Piedra Filosofal, un producto mágico del arte de la alquimia que transforma metales vulgares en oro y produce una bebida, el Elixir de la Vida, que concede inmortalidad. (Parece que los editores americanos opinan que “filosofal” sería muy árido y no interesante y usaron el término “Piedra de Hechicería”.)

La búsqueda de la Piedra Filosofal lleva a Harry y a sus dos amigos a los túneles subterráneos de la Escuela Hogwart, donde la Piedra está escondida. Su jornada en estas profundidades refleja el tema antiguo del descenso al infierno, que es la parte inconsciente de nuestra alma, donde descubrimos verdades ocultas sobre nosotros mismos. Harry explora el subterráneo en siete estadios (reducidos en el filme a cinco):

1. Él y sus amigos deben pasar a través de un perro de tres cabezas que guarda el umbral de la puerta de los sótanos. El can de la historia, “Fluffy”, es Cerbero, el guardián del infierno o Hades en la mitología griega. El can se adormece con la música tocada por Harry y Hermione en la flauta que Harry recibió de regalo. De la misma manera Orfeo tocando una lira puede entrar en el Hades y rescatar a su fallecida esposa. La flauta tocada por Harry y Hermione es análoga al instrumento usado en la opera de Mozart “La Flauta Mágica”, tocada por Tamino y Pamina en la ceremonia al final de la ópera.

2. Cuando los compañeros caen en el umbral (como Alicia en la madriguera del conejo) su caída es amortiguada al aterrizar sobre una lujuriante planta conocida por la Emboscada del Diablo. Las guías de esta planta envuelven a todo lo que la toca, apartándose cuando su víctima lucha para escaparse. Hermione, entretanto recuerda haber estudiado que la planta se reduce con la luz, y así ella usa un encantamiento para producir una brillante iluminación con su varita mágica. La Emboscada del Diablo sugiere que lo que es agradable y fácil muchas veces es una artimaña, y que el mal y la opresión pueden ser sobrellevados por la Luz del Conocimiento.

3. En seguida los chicos llegan a una sala que tiene en el otro lado una puerta que solo puede ser abierta con una llave especial dentro de las muchas llaves aladas que vuelan desordenadamente alrededor del cuarto. Harry encuentra la llave, pues es hábil en tomar cosas al volar en la basura. El simbolismo es obvio; necesitamos de la llave del conocimiento para abrir la puerta de la realidad interna, pero esta llave es ilusoria y puede ser capturada solamente por quien se entrenó para realizar esta tarea.

4. En la sala cercana a la puerta, los amigos encuentran un enorme tablero, de ajedrez en el cual ellos se tornan piezas de un juego de Ajedrez Mágico, en el que las piezas capturadas son aniquiladas por la pieza captora. Ron, que es el especialista en ajedrez del grupo, dirige los movimientos y finalmente se sacrifica para que Harry pueda dar el jaque-mate al rey adversario. El juego de ajedrez imita al de Alicia a través del Espejo y es una metáfora común para el juego de la vida. El heroico auto-sacrificio de Ron por el bienestar de los otros, lo coloca en la clase de futuros bodhisattvas que sacrifican su propia felicidad por el bien de sus semejantes.

5. Dejando atrás al inconsciente Ron, en la sala siguiente Harry y Hermione encuentran un enorme y detestable ser sobrenatural que debe ser dominado. Aunque el gigante ya había sido vencido –en realidad los tres compañeros lo habían dejado inconsciente en un encuentro anterior cuando él invadió la escuela. Dominar el monstruo y ganar el control de nuestra propia sombra, del Guardián del Umbral, que personifica nuestras faltas, pecados y naturaleza animal. Pero, una vez establecido el control, el monstruo irreal no es más un desafío, y cuando es necesario podemos lidiar con él.

6. En la penúltima sala Harry y Hermione son cercados por paredes de fuego que solamente pueden ser transpuestas cuando un enigma es resuelto. Hermione, la más experta de los tres, lo resuelve. Harry la manda de regreso para cuidar a Ron y sigue solo. Los fuegos de la pasión solamente pueden ser develados si sabemos la respuesta para el enigma de la vida. Este conocimiento es alcanzado por los que son verdaderamente inteligentes y, de hecho este es el significado de la inteligencia. Debemos usar nuestra inteligencia para actuar en la cámara más secreta de nuestra búsqueda, y este pasaje final debe ser hecho solo por cada uno de nosotros, porque la búsqueda de la iniciación final es solitaria, enfrentada sin ningún auxilio, excepto por aquello que cada uno de nosotros tiene dentro de sí.

7. En la última sala Harry encuentra a ambos, Voldemort que corrompió a uno de los profesores de Hogwart y ocupó su cuerpo, y también el Espejo de Erised, debe ser usado para encontrar la Piedra. El espejo de Erised muestra a quien se mira en él, no el reflejo de la realidad, sino una imagen de lo que más desea. Es la gran ilusión, y debemos conocer su secreto para no caernos en esta trampa. Para encontrar la Piedra Filosofal en el Espejo, se debe desear encontrarla pero no usarla en beneficio propio. Harry encuentra la Piedra, no para beneficiarse con ella, sino para impedir que Voldemort la use para el mal, de la misma forma como el Anillo de Tolkien, la Piedra Filosofal es destruida por el acto de coraje altruista de Harry, para que no caiga en las manos de Voldemort. La verdadera riqueza e inmortalidad son obtenidas solamente por aquellos que son motivados por el deseo altruista. Y este es el gran secreto de la búsqueda.

Las Lecciones de Vida de Hogwart

En el curso del descubrimiento del gran secreto, Harry aprende muchas lecciones repasadas a los lectores. Aunque esto sea ficción fantástica, sus mensajes son hechos reales. Podemos identificar siete lecciones, siendo tres las preliminares:

1. Hay otro nivel de verdad mas allá de la mediocre realidad Muggle. Todos nosotros somos huérfanos en este mundo y Harry Potter en la Escuela de Sabiduría, para aprender las verdades de este nivel.

2. Instructores como Dumbledore, están disponibles en la escuela de la vida para guiarnos en este aprendizaje.

3. De estos instructores, aprendemos a ver la Verdad, pero con mucha prudencia: [Harry]Hay otras cosas que me gustaría saber, si usted puede contarme... me gustaría saber la verdad de...

4. La verdad” - Dumbledore suspiró – “es una cosa bella y terrible, y debe ser tratada con mucho cuidado”.

5. Cuando Harry comienza a preguntar sobre Voldemort, mencionándolo – por el eufemismo de “Usted-sabe-Quien”, como es llamado por muchos que tienen miedo hasta de mencionar el nombre del gran Hechicero del mal, Dumbledore lo reprende:

Llámelo Voldemort, Harry. Use siempre el nombre de las cosas. El miedo del nombre aumenta el miedo de la propia cosa.”

Después de estas tres lecciones preliminares, siguen cuatro lecciones principales:

1. Discernimiento. Debemos escoger nuestro propio camino en la vida. Dumbledore dice a Harry: “Es nuestra elección, Harry, lo que muestra lo que somos realmente, más que nuestras habilidades”. (Harry Potter y la Cámara Secreta). Las Cartas de los Maestros dicen: “Tenemos una palabra para todos los aspirantes: INTENTE”. Y, en el manual espiritual A Los Pies del Maestro, la primera de las cuatro calificaciones para entrar en la Senda del “Discernimiento”. Mas allá de eso, la tercera Verdad del Loto Blanco (de otro manual espiritual, Luz en el Sendero) nos dice: “Cada uno de nosotros es su propio absoluto legislador, o distribuidor de gloria o tristeza a sí mismo; quien decide nuestra vida, nuestra recompensa, nuestro castigo”. Por lo tanto esta lección es la de hacer un esfuerzo de - o intentar - distinguir entre lo real o lo irreal, entre lo menos bueno y lo mejor, entre lo transitorio y lo eterno.

2. Desapego. La segunda lección importante es que el mundo es mayavico, ilusorio y, por lo tanto debemos pasar por él sin deseos egoístas. El Espejo de Erised es un símbolo de deseo mayavico. El término “Erised” es “Desire” (en inglés, deseo) leído de atrás para delante, por eso un mal deseo. El Espejo tiene en el tope una inscripción: “Erised s’traeh ruoy tub ecaf rouy ton wohs i” que es la escritura al revés (en ingles) de “I show no your face but your heart’s desire” esto es “No muestre su cara, sino el deseo de su corazón”. Los que se miran en el Espejo no se ven a sí mismos como son, sino la ilusión de lo que ellos quieren ser y tener. Dumbledore explica el Espejo:

El hombre más feliz del mundo será capaz de usar el espejo de Erised, como un espejo normal, esto es, el se verá a sí mismo exactamente como él es... El no nos muestra nada más ni nada menos lo que es más profundo, el más desesperado deseo de nuestros corazones... con todo, este espejo no nos dará ni conocimiento ni verdad. Los Hombres se consumirán en su frente, extasiados con lo que ven, o quedarán locos no comprendiendo si lo que ven es real o incluso posible”.

El Espejo es un símbolo de Maya, la Gran Ilusión, en este mundo motivado y gobernado por el deseo. En A Los Pies de Maestro, la segunda calificación para entrar en la Senda es el “Desapego”, esto es, sin deseo personal, o, como dice el Bhagavad Gita, actuar sin desear los frutos de la acción.

3. Buena Conducta. La tercera lección es que debemos llevar nuestras vidas de acuerdo con Principios Correctos y no por reglas arbitrarias. Muchas veces Harry transgrede las reglas de la escuela, pero nunca transgrede los principios morales. La tercera calificación en A Los Pies del Maestro son las “Seis Reglas de Conducta”: Control de la Mente, Control de la Acción, Tolerancia, Contentamiento, Perseverancia y Confianza – especialmente confianza en el Plan, que es lo que aquellos que conocen, saben. Y los que saben, saben que la muerte es parte del Plan. Cuando Harry se preocupa con las consecuencias de la pérdida de la Piedra Filosofal sobre el buen filósofo alquimista que la consiguió y que debe morir sin ella, Dumbledore explica:

Mas allá de eso, para la mente bien organizada, la muerte es solamente la próxima gran aventura. Usted sabe, la Piedra realmente no era la cosa tan maravillosa, ¡cuando mucho le traería todo el dinero y vida que desease! Las dos cosas que la mayoría de las personas escogerían dentro de todas – el problema es que los hombres tienen una predilección para escoger exactamente las peores cosas para sí”.

4. Amor. Harry se salvó de dos ataques del Mal, en su infancia y en su búsqueda, debido al gran amor de su madre. Dumbledore le dice a Harry:

“Su madre murió para salvarlo. Si hay una cosa que Voldemort no puede entender es el amor. Él no comprende que un amor tan grande como el que su madre tuvo por usted deja su propia marca. No es una cicatriz o una señal visible,... sino que es por haber sido amado tan profundamente, es verdad que está bajo una protección permanente, incluso si la persona que tanto haya amado haya muerto. Por eso Voldemort no puede atacarlo. Seria una agonía tocar una persona con la marca de algo tan bueno”.

La cuarta calificación en A Los Pies del Maestro para entrar en la Senda es el Amor.

Estas son las lecciones que Harry Potter aprende en su primer año en Hogwart, y en el primer estadio de su educación para la vida: tener discernimiento al hacer sus elecciones. Hacer las cosas acertadamente sin ningún interés; escoger por guía los principios inteligentes de la vida y no las reglas arbitrarias; y tener confianza en lo que Dante llamó en la Divina Comedia como “El Amor que mueve el sol y las otras estrellas”. Son el Discernimiento, el Desapego, la Buena Conducta y el Amor.

Estas son lecciones para que cualquiera de nosotros aprenda en el principio o en cualquier época de la vida.

FIN

(Extraído de la Revista Sophia y publicado originalmente en la Revista The Quest, noviembre-diciembre 2002)

Traducción: Izar G. Tauceda, miembro de la Sociedad Teosófica por la Loja Jehoshua, Porto Alegre, RS.

Nota

(1) John Algeo es Profesor Emérito de Inglés en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, donde enseñó Literatura Fantástica, más allá de su campo específico de la historia y estructura de la lengua inglesa. Editó el sexto volumen del Cambridge History of the English Language (2001); es Vice-Presidente Internacional de la Sociedad Teosófica,


sábado, 18 de julio de 2009

LA NATURALEZA DE LA SABIDURÍA

Por N. Sri Ram

¿Qué es Sabiduría? ¿Qué es la Sabiduría? Sabiduría es una cualidad del sujeto puro y yace en el modo en que éste ve y responde. Ésta cambia constantemente, no en su propia naturaleza que es potencialidad pura, sino en su acción debido a su infinita flexibilidad e inagotable iniciativa. La Sabiduría, como el artículo lo indica, es definitiva, como una verdad ya existente; es objetiva en el sentido de que está allí, esperando a ser percibida y comprendida. Podríamos decir que es la sabiduría de Dios; Dios como el sujeto último desconocido más allá de toda idea, porque cada idea es una creación y, por lo tanto, un objeto. Podríamos denominarla también la sabiduría o conocimiento del Yo Uno que yace en él, o la sabiduría o conocimiento perteneciente a ese Yo, que puede ser alcanzada. La sabiduría de Dios está en Su naturaleza, y caracteriza sus métodos o acción. La naturaleza del Yo uno y de cada Yo –teniendo ambos la misma cualidad, son en esencia lo mismo– es una naturaleza distinta de cuanto puede ser objeto de pensamiento. La palabra Yo tiene la connotación de una identidad, pero se refiere a una naturaleza en la cual no hay identificación con nada que se presente como un objeto o un registro del pasado. Es un centro de acción y conocimiento, no involucrado con lo pasado.
Sabiduría y conocimiento no son lo mismo, pero conocerse a sí mismo tal como uno es, es ser sabio. En un tiempo, todo conocimiento era dividido en para (superior o supremo) y apara (inferior). El conocimiento de todos los objetos, artes y ciencias es el inferior. El conocimiento de aquello por lo cual todo lo demás es conocido, es el superior; es el conocimiento de la naturaleza del sujeto, de Dios, o el Yo uno como se presenta en el individuo, siendo ambos idénticos en esencia. El conocimiento del Yo es sabiduría, ya que el Yo contiene la esencia de todo lo conocido o por conocer.
Conocemos todo lo que conocemos siempre dentro de nosotros, porque el conocimiento es un fenómeno subjetivo. En lo más profundo de nuestro ser somos uno, indivisos. En nosotros está el conocimiento de todo aquello con lo que nos hemos puesto en contacto, pero la esencia de ese conocimiento que sólo es asimilable por la más profunda naturaleza del Yo, se fusiona en su unidad. Lo que está fundido en la unidad es la verdad reducida a un punto. Todas las expresiones de esa verdad están en armonía, unas con otras. Por lo tanto, si los más bellos y verdaderos pensamientos presentes en todas las mentes se reunieran en cualquier momento, formarían una perfecta y maravillosa unidad.
El Yo en su pureza puede considerarse como un punto sin dimensión, porque tiene una naturaleza separada de cuanto existe. Pero en su aspecto conciencia es una extensión, un círculo sin circunferencia que todo lo abarca. Dado que esta conciencia es sensibilidad en sí misma, la más sensible de todas las cosas sensibles, puede contener un registro de cuanto abarca. Cualquier rayo (o emanación de luz) que haga impacto sobre ésta le trae su propio mensaje, el cual queda grabado en su cinta imborrable. Y, posiblemente, emanando de cada cosa hay rayos que atraviesan el cosmos; no todos a un nivel perceptible. La posibilidad de todo conocimiento está
presente en el Yo, porque éste puede despertar el conocimiento del alma, la naturaleza más profunda de cada cosa y de todo.
La sabiduría de Dios se expresa en todo, sea grande o pequeño. Él o Aquello está presente en todo: su naturaleza todo lo penetra; su propósito e inteligencia todo lo gobierna.
La Teosofía puede ser definida como la Sabiduría que está en todas las cosas, individual y colectivamente. Podemos no ser capaces de percibirla, pero está ahí.
Estamos abiertos a esa sabiduría sólo cuando nuestro corazón es puro. La palabra corazón generalmente se usa para denotar la naturaleza de nuestros sentimientos.
Cuándo éste es puro, es decir, cuando ha recobrado su naturaleza original y es capaz de funcionar con ella, el corazón responde con gran belleza y profundidad. Ve y ama aquella belleza que constituye el alma de cada cosa.
Todas las cosas están evolucionando en este universo en evolución. En cada uno existe un diseño que va saliendo a la luz, que está creciendo, desde nuestro punto de vista. Pero también existe todo un andamiaje que confunde el plan; no en la mente del Arquitecto, sino en la nuestra, que vemos el edificio desde afuera. Sin embargo, en algunas cosas, la construcción ha alcanzado cierto estado de perfección. Cosas como, por ejemplo, un loto, una rosa, o cualquier forma viviente bella nos ofrece una apertura hacia la mente del Diseñador. Desde el punto de vista teosófico, todas las
cosas están vivas, aunque existen diferentes grados de vida y acción.
Sabiduría no es conocimiento, ya que nuestro conocimiento es sólo de las formas. Sabiduría es el conocimiento de aquello que es contenido por la forma y que existe para expresarse. Tendemos a juzgar el significado de toda forma o cosa, según la utilidad que tenga para nosotros. Pero esa es una visión extremadamente limitada, antropocéntrica e individualista. Cada cosa en la naturaleza tiene un significado en sí misma, contenido en su propia existencia y funcionamiento. De ahí, el mandamiento de no matar, tanto como sea posible. En cada cosa existe una cualidad innata que
está en proceso de manifestación, buscando expresarse a sí misma.
Esa cualidad o naturaleza innata de las cosas está en su vida o alma, que la sostiene, no en el material del cual se compone, sino en la vida interna de la forma que la integra y la utiliza. Vemos la diferencia en el caso del cuerpo humano, aunque aquí a esa vida interna la llamaríamos el alma. La palabra vida nos transmite una impresión de energía, salud, acción, expansión, belleza de forma y movimiento; la palabra alma tiene una connotación más sutil, de amor, de respuesta profunda, percepción, belleza en el corazón y en la naturaleza. Pero la vida y el alma no están separadas. Son equivalentes a la energía del violinista y la melodía que él produce.
La forma, podemos suponer, se corresponde aproximadamente con el alma. La forma es lo que es, o lo que está en vías de convertirse en lo que será (es decir, en proceso evolutivo) debido a la naturaleza de su alma.
La sabiduría de Dios, cuya naturaleza está en el alma, fluye hacia la forma a través de la vida que ésta manifiesta; el diseño de la forma, sus procesos, toda su naturaleza, e incluso lo que ella simboliza, expresan algo de la naturaleza de esa sabiduría. Podríamos incluir la sugerencia simbólica porque cada fenómeno natural es un símbolo o signo en la Naturaleza, que refleja una idea interna o arquetípica.
El propósito de la existencia de una cosa puede ser, por supuesto, el servicio que ésta ofrece, su parte en el proceso evolutivo, su acción sobre todas las otras cosas. Ya que todo lo que existe representa cierto flujo de fuerzas, se supone que cada cosa ayude a todas las demás, directa o indirectamente. Esto se desprende de la verdad de que todas las cosas están relacionadas.
Pero cada cosa individual existe también por sí misma como una expresión de la vida del Dios dentro de sí, llevando a cabo en su misma existencia parte del diseño universal. El fin más elevado es siempre una finalidad en sí misma. La existencia tiene su finalidad en la eternidad, si no es en el tiempo.
Vemos esta verdad ilustrada en un objeto de belleza. Éste existe como una revelación de su belleza, completa en sí misma. El más elevado fin para cuanto existe es ser lo que se supone que sea; no necesita ninguna otra justificación para su existencia. La belleza última de algo incluye el modo en que ésta actúa sobre todo lo demás; en un ser humano, es la acción que ayuda al bien último de todo ser. En la expresión más elevada de la belleza, es decir, cuando la revelación es perfecta, yace la más elevada trascendencia, desde todo punto de vista.
Sin duda, la Sabiduría supone el conocimiento del significado de las cosas; el significado a un nivel de existencia que incluye la cosa y su significado inherente. El verdadero significado de algo se encuentra en la manifestación de su finalidad ultérrima. El más profundo y verdadero propósito es aquel que está presente de principio a fin, y que sólo al final se revela por completo.
Existe un propósito en cada cosa, un propósito en la totalidad y en el proceso universal. Todos los propósitos secundarios aparecen desde el propósito original, el cual puede ser descrito como la realización de la Voluntad una o la Vida una presente en todo. Cuando se comprende que este propósito es el propio, ya que es innato tanto en uno como en los demás, entonces hay sabiduría. La realización yace siempre en la acción; la acción, sea correcta o errónea, conforme o no a esa voluntad,es una revelación de la naturaleza actuante. Un conocimiento de esta naturaleza es el auto-conocimiento.Llegamos a conocernos a nosotros mismos sólo cuando somos conscientes de cómo pensamos, sentimos, y actuamos.
Naturaleza y acción son correlativas a cada etapa, y en última instancia, cuando hay una condición de unidad en uno mismo, son sinónimas. La acción es siempre un fluir de energía. Si éste no existe o si la acción toma una dirección errónea, significa que la naturaleza que rodea al Yo no es su verdadera naturaleza; su expansión; es una naturaleza tomada de aquello con lo que está en contacto. El Yo, en su estado absoluto, es un centro de energía cuya naturaleza puede ser conocida sólo a través de su acción, y este conocimiento es posible sólo para un rayo de su propia
Inteligencia. Por lo tanto, auto-conocimiento es, en última instancia, auto-realización.
La Sabiduría no es una cuestión de estudio, sino de vida y acción. Hablamos de la Sabiduría pero ésta es de poco valor en nuestras vidas, excepto en la medida en que su cualidad sea evocada en nosotros. La Sabiduría no es conocimiento, pero yace en el uso que hacemos del conocimiento. Ésta aparece cuando el conocimiento es guiado por el amor. Porque amar es una forma de conocimiento; el amante tiene un conocimiento de su amada, divino en esencia, el cual es un estado de plenitud, una finalidad en sí misma. Estar enamorado de una persona es reaccionar completa y directamente a él o ella, sin el efecto oscurecedor de un yo que interpone una barrera. Usar el conocimiento con bondad es hacerlo brillar con un valor atemporal, reflejando una cualidad de Eternidad en el tiempo.
Todos pensamos que sabemos cuando en realidad no es así, o cuando conocemos pero parcialmente. El primer paso para zafarnos de las cadenas de esta ignorancia primaria es tornarnos consciente de ella. Mientras más sabemos, más nos damos cuenta de lo poco que sabemos. Mientras más amplia es la circunferencia de lo conocido, más puntos de contacto existen con lo no conocido. Quien es sabio es humilde. No es posible que alguno de nosotros posea todo el conocimiento; siempre habrá en nuestro conocimiento lagunas que pueden presentar una dificultad para el pensamiento. Uno puede llevar encima una vasta carga de conocimiento y, sin embargo, ser básicamente un tonto. Por otro lado, es posible ser muy sabio aun con poco conocimiento. Un alma profundamente madura en sabiduría que toma el cuerpo de un niño al nacer, puede ser sabia incluso en su adolescencia. Ella obtendrá sabiduría de cada indicio, de cada pequeño fenómeno y situación. Todo lo que venga a su conocimiento tendrá la cualidad de un conocimiento previo en esencia.
La Sabiduría yace menos en lo que aprendemos y más en nuestras reacciones a ese aprendizaje; menos en la cantidad y más en la calidad de nuestro conocimiento; menos en la acumulación de hechos y nomenclatura y más en el conocimiento de los principios; menos en la posesión de ideas y más en el correcto empleo de ellas; en una palabra, menos en todo lo que reunimos y que debe ser desechado, y más en lo que asimilamos en la textura de ese Ser que es un reflejo inmortal del Espíritu universal.
La Sabiduría de Dios, el Espíritu universal, es un atributo de Su naturaleza. Éste es el principio de la Sabiduría en su más elevado sentido, o la Sabiduría en abstracto, con una potencialidad infinita de manifestarse en toda forma posible y en cada nivel.
La naturaleza del no-Yo, cuando se reordena con Sabiduría, se asimila al Yo. El orden es la primera ley de los cielos, un orden divino que, cuando es traído a la existencia, reúne el cielo y la tierra.
Cuando pensamos en la sabiduría que encontramos manifiesta en la Naturaleza, pensamos en un activo principio creador u ordenador. Este principio es femenino cuando se refleja en la madre o en el aspecto forma, y construye o modela un orden que será apropiado para la cualidad en manifestación. Cada forma que tiene un sentido posee un cierto orden de partes o elementos, y un orden en su funcionamiento, en el tiempo y el espacio. Tal orden en su belleza puede representarse como una curva perfecta, una curva que difiere de otra, siguiendo su propia ley. Ley y orden están, por lo tanto, eternamente conectados. La ley del Ser Divino que se manifiesta en sus expresiones genera el Orden Divino, de un modo tal, que en el pensamiento Budista, la Ley toma el lugar del Ser. Nosotros pensamos en el Ser como una Individualidad. Cuando la Individualidad es perfecta, la lógica de su formación es completa y es la manifestación de una Ley. Descubrir la ley de nuestro propio ser, y vivir de acuerdo con ella, es verdadera sabiduría.
Como ocurre con Dios, así mismo ocurre con el hombre. A medida que el hombre crea a semejanza de aquél Ser que él es en la eternidad (siendo la creación posible sólo a través de una energía que es parte de su ser), desenvuelve su sabiduría. Hay belleza en la ley, y esta belleza se ve cuando la ley se manifiesta a sí misma.
La sabiduría yace en la integridad del pensamiento, cuando ésta es una integración natural. Es el florecimiento de la cualidad de la esencia de Vida que subyace, revelando Su profundo significado. Es la unidad y belleza del todo reflejada en la parte. Es un movimiento de vida que la muestra en su excepcionalidad y gracia innata. Es una cualidad de pensamiento libre de toda mancha terrenal, formada por una entonación directa desde el cielo. Es un rayo divino que penetra el corazón y la mente, y los unifica. Es el aliento de Dios, cuyo calor es vida, y su luz es amor y belleza. Es una expresión del Yo en el cual no existe fuerza opuesta.
En el mundo, a menudo se cree que la sabiduría yace en la precaución. Esta noción surge del instinto de conservación. Puede que la sabiduría también se encuentre en no tomar en cuenta la prudencia. En realidad, ésta yace en la acción segura que se eleva por sobre los opuestos. Es sabio aquél que por un perfecto vivir ha hallado ese instinto de rectitud que lo guiará tanto en el pensamiento como en la acción; ese centro de equilibrio que está siempre por encima de su punto de contacto con las circunstancias. Él es un hombre en quien la Naturaleza derrama la riqueza de
todos sus instintos.

Publicado por The Theosophical Publishing House, Adyar, India, 1954.