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A la Sagrada Majestad de la VERDAD

Thomas Taylor

viernes, 22 de abril de 2011

EL YOGA DE LA TEOSOFIA


Por: Tran-Thi-Kim-Dieu

Artículo extraido de Revista Sophia (España) N. 261 Feb. 2011

Preliminar

Cada ser humano tiene el deber de realizar su naturaleza divina y tiene el derecho de caminar a su manera hacia lo Divino. El camino mismo no es distinto al yoga, o religión, la reunificación del yo con su Yo superior o lo Divino. La necesidad de practicar un yoga y, antes que eso, la reflexión sobre el tema de la naturaleza y el destino humanos son prueba de la maduración del alma. La sensación de que falta algo a pesar de las ocupaciones y de la satisfacción que éstas proporcionan, junto con algunos momentos de felicidad demuestra que el conocimiento intelectual resulta insuficiente en un momento dado.
Practicar no significa necesariamente seguir una de las numerosas escuelas de yoga. ¿Quién puede pretender hacerlo hoy en día? Y ¿sería prudente hacerlo? La exposición de las seis grandes filosofías (Shad-Darsanas) junto con las explicaciones de los yogas, desde el del principiante hasta el real, no servirán de nada si se quedan en teoría, porque, en palabras de Nagarjuna, una de las mentes más grandes, “toda la intelección sin Auto- realización equivale a nada. En la Edad del Hierro, Kali-yuga, ya no queda tiempo para especulaciones. Es hora de realización”.

Lo que puede ser el yoga

Podemos obtener inspiración en muchas fuentes para usarla como ingrediente de nuestro propio crecimiento espiritual, siempre que reflexionemos sobre ella correctamente y que la apliquemos apropiadamente en nuestra vida, como un experimento. Junto con esa forma de pensar, el yoga puede darse al mismo tiempo o sucesivamente, aunque de manera inevitable, de todas estas formas: habilidad en la acción, aniquilación de las modificaciones de la mente, purificación, estudio comprensivo del yo, auto-rendición a lo Divino, etc. Cada una de ellas es verdadera y valiosa; cada una define una forma de yoga.
La habilidad en acción representa la característica del Karma yoga. La Aniquilación de las modificaciones de la mente es la finalidad del Raja yoga. Este último culmina en Samadhi, un estado en el que la función de la mente no tiene posibilidad de descripción. La purificación, los estudios
comprensivos del yo y la auto rendición a lo Divino son las piedras de toque del yoga. HPB solía decir que el estudio del Ocultismo, a través de la literatura teosófica como la Doctrina Secreta, es Jnanayoga. Indudablemente, este camino es también un largo camino valioso al igual
que los otros.
Bhakti yoga parece ser el más adecuado para los discípulos devocionales. Por más inspiradores que sean los Yoga Sutras de Patanjali, cuyos comentarios por el Dr. I.K. Taimni encantan la mente de todos los estudiantes, los Bhakti Sutras de Narada aportan el elemento de amor-devoción incondicional por parte del aspirante hacia lo Divino, y del discípulo hacia los Grandes Seres que nos enseñan a partir de la Verdad que ellos poseen. Leemos muchas veces que el camino de la devoción es el más corto. Podemos suponer la razón: tal vez porque se parece a un atajo a través del laberinto de la existencia.
Pero para todos los yogas, la condición sine qua non parece ser la pureza de motivación. En efecto, tal como se cuenta en el Bhagavad Gita, cuando el Señor Krishna, en medio de la batalla de Kurukshetra (la
batalla entre el bien y el mal) le descubre a Arjuna la naturaleza secreta de la acción, cuando en una de las más asombrosas estancias afirma que “el Yoga es la habilidad en la acción”, este consejo va exclusivamente dirigido a Arjuna. Sería impensable que Krishna le aconsejara lo mismo, por ejemplo a Karna, el ambicioso (y marginado por la ignorancia de su origen), o a Sakuni, el tramposo en las apuestas. La razón es obvia: Arjuna representa al discípulo que se esfuerza para realizarse y pide instrucciones, mientras que Karna sigue gobernado por la naturaleza inferior, buscando el éxito en la acción para sí mismo, presa de la vanidad y la ira; Sakuni, por su parte, no tiene la motivación adecuada ni la comprensión correcta de la verdadera naturaleza de Maha-Lila, el juego divino; él no apuesta, hace trampas.
De todos modos, imaginemos a Krishna diciéndole a Karna “El yoga es la
habilidad en la acción”, y éste diría que no necesita este consejo, porque ya tiene la habilidad. Pero su habilidad sólo sirve a su ambición. Y lo mismo se aplica a Sakuni; él también tiene habilidad: le gana todas las partidas a Yudishtira, el que será rey. La habilidad de Sakuni sirve a una causa equivocada.
Para los muchos Karnas y Sakunis de este mundo, el yoga tiene primero que referirse a algo que purifique la habilidad y trascienda la motivación. El consejo de Krishna obra por toda la humanidad solamente cuando el receptor ya ha pasado por todas las fases preliminares. Por consiguiente,
el yoga es la habilidad en la acción solamente cuando el trabajo preliminar ya se ha llevado a cabo.
Purificar la motivación parece ser el primer paso del trabajo preliminar. Aprender a pensar con inteligencia es el segundo. Este trabajo es tan esencial que en varias civilizaciones, diferentes maestros espirituales han insistido repetidamente sobre él. Más recientemente conocido para nosotros, Alcyone (J. Krishnamurti) en A los pies del Maestro nos recuerda la necesidad de que todos los actos se hagan de corazón, así como el papel esencial del discernimiento. Considera que actuar de corazón es un estado altruista de la mente, que es también amor-compasión. Pone en el mismo nivel el aprendizaje y la aplicación de la inteligencia y el discernimiento, que es el primero y el último paso del desarrollo espiritual. El discernimiento talla y pule el diamante del alma humana para convertirla en un dios.
Es notable el orden del contenido de este librito, que señala una manera excelente de enseñar. En efecto, la parte que trata de la conducta correcta (shatsampatti), que no es sino un capítulo en el Vivekachudamani, se coloca entre el discernimiento (viveka, el primero y el último paso) y el amor (mumukshutva, la cualificación sine qua non). Esto significa que el principio y el final del viaje quedan expuestos antes de enseñar el comportamiento, es decir, cómo vivir de forma ética, cómo recorrer correctamente el ciclo de la experiencia humana. Después, finalmente viene el aviso de que todas las prácticas morales no tendrían ningún valor sin el amor.
Se podría decir que el yoga es simultáneamente pureza de motivación, inteligencia de pensamiento y habilidad en la acción. Y tal vez sea, además, la armonización consciente de todos los aspectos de un ser humano, de modo que al final todos ellos operen bajo una sola voluntad,
la de lo Divino. Desde una perspectiva más amplia, esto implica un reflejo completo y perfecto de lo Divino sobre los planos inferiores de la manifestación. Pero entonces ¿qué es lo Divino?